La Superintendencia de Seguridad Social (Suseso) indicó que entre el comienzo de la pandemia y el 7 de mayo, las licencias médicas electrónicas (LME) emitidas por Covid-19 llegaron a ser 1.963.211 a lo largo del país, con una constante evolución al alza.
Esto, pues dicha cifra llegaba a 1.059.867 al cierre del 2020, marcando diez meses de crisis sanitaria; mientras que este año, en algo más de cuatro meses, ya se han entregado 903.344 LME, número equivalente al 46 por ciento del total, consignó LUN.
Del total emitido, 1.493.940 se encuentran pronunciadas, es decir, ya se definió pagarlas en su totalidad, fueron rechazadas (22.930 casos) o se disminuyeron los días determinados por el médico para reposar (11.086 casos), bajando también el monto que recibirán los empleados.
Para el director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Héctor Sánchez, este aumento puede atribuirse a que "las personas comenzaron a reconocer los síntomas de la enfermedad y consultan más al médico; otra explicación es que se están haciendo más tests que el año pasado, y eso permite encontrar más asintomáticos".
Por lo demás, indicó que en 2021 "las cuarentenas han sido más laxas que en el 2020, con industrias que este año han podido operar. Eso permite más movilidad, más contagios, más contactos estrechos y más licencias".
De todas maneras, la Suseso apunta a que el 80 por ciento de las licencias o subsidios de incapacidad laboral por Covid han sido costeados por Fonasa; el 18 por ciento le correspondió al sistema de isapres, mientras que el porcentaje más bajo se lo llevaron los seguros laborales desde la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) o la Mutual de Seguridad, al emitir solo el 2 por ciento, porque es complejo demostrar que un trabajador se contagió en su empresa o durante una actividad laboral.
El gerente de Seguridad y Salud Ocupacional de la ACHS, Miguel Zapata, destacó que de acuerdo al Minsal, "más del 70 por ciento de los contagios son de origen intradomiciliario o social, lo que refleja que el riesgo de contraer esta enfermedad no es propio del trabajo, en la medida que las empresas tomen los resguardos definidos por la autoridad. Distinto es para los colaboradores de la salud, donde la exposición al contagio es parte de su labor".
