¿Cuál calienta mejor tu invierno? Estufas a gas versus estufas a parafina

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Conoce las diferencias, costos y aspectos clave para elegir la mejor calefacción para tu hogar este invierno en Chile.

¿Cuál calienta mejor tu invierno? Estufas a gas versus estufas a parafina
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Cuando bajan las temperaturas en Chile, mantener el hogar cálido se vuelve una necesidad. Pero también puede convertirse en uno de los mayores gastos del año. La calefacción puede representar una parte importante de la cuenta de energía, por eso es clave elegir bien. Las estufas a gas y la estufa a parafina son dos de las opciones más comunes, y entender sus diferencias puede ayudarte a hacer una elección inteligente.

Estufas a Gas: Calor Instantáneo y Sin Complicaciones

Las estufas a gas funcionan con gas licuado (en bombonas) o gas natural (por red). Prácticamente enciendes y ya tienes calor. Dentro de esta categoría hay varios tipos: las radiantes o infrarrojas que dan calor directo, las catalíticas que distribuyen el calor de forma más suave y segura, y las de llama azul, ideales para espacios grandes por su eficiencia.

Entre sus ventajas destaca el calor inmediato, su facilidad de uso y el bajo mantenimiento. Algunas incluso son portátiles, si funcionan con bombonas. Sin embargo, necesitan ventilación constante, no deben usarse en dormitorios, y hay que tener cuidado con el monóxido de carbono si la combustión no es completa. Además, si usas bombonas, deberás estar pendiente del suministro.

Los precios van desde $30.000 en modelos básicos hasta más de $150.000 en modelos más avanzados. El gasto mensual en gas puede variar bastante, desde unos $40.000 en adelante, según uso y precio local del gas.

Estufas a Parafina: Autonomía y Potencia sin Enchufes

La parafina es una opción muy popular si buscas una fuente de calor que no dependa de la electricidad (en el caso de los modelos de mecha). Estas estufas son totalmente portátiles, ideales para lugares sin enchufes o con cortes de luz frecuentes. También hay modelos láser que funcionan con electricidad, pero son más eficientes y sofisticados.

Entre sus beneficios está la facilidad de uso, la portabilidad, el calor potente y la independencia energética en los modelos de mecha. La parafina, además, es fácil de conseguir. Pero no todo es perfecto: al encender y apagar, pueden soltar un olor fuerte; hay que rellenar el depósito manualmente y, en el caso de las electrónicas, necesitas electricidad. Tampoco se recomiendan en espacios cerrados o dormitorios.

Las estufas de mecha cuestan desde $100.000 y las láser pueden superar los $300.000. El gasto en parafina ronda los $30.000 mensuales, dependiendo del uso y del precio por litro.

Entonces, ¿cuál elegir?

Si tu prioridad es un sistema rápido, fácil y con acceso a gas, las estufas a gas son una buena opción. Si en cambio necesitas movilidad, independencia eléctrica y no te molesta un poco de olor y recarga manual, una estufa a parafina puede ser ideal. En cualquier caso, la ventilación y la seguridad son fundamentales.

Considera instalar un detector de monóxido de carbono y evita usarlas en lugares cerrados o mientras duermes. Así podrás disfrutar de un invierno cálido sin sorpresas. 

¿Ya sabes cuál es la tuya?

Este es un contenido presentado por MKOF. 

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