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Subterráneo del ex Hospital Militar, utilizado como centro de detención por la dictadura, fue declarado Monumento Histórico

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Autor: Cooperativa.cl

"Es un acto de reparación", expresó la ministra Carolina Tohá, cuyo padre, José Tohá, fue asesinado en 1974 el recinto que hoy alberga al Hospital Metropolitano.

La declaratoria fue solicitada hace un lustro por Ximena Canales, cuyo relato -que vivió siendo una niña de 7 años- acreditó la existencia del lugar clandestino de arresto y tortura.

Subterráneo del ex Hospital Militar, utilizado como centro de detención por la dictadura, fue declarado Monumento Histórico
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Un hito se vivió este jueves en el Hospital Metropolitano, que hasta 2009 fue el Hospital Militar de Santiago, ya que el subterráneo fue declarado Monumento Histórico en memoria de que fue utilizado como centro de detención clandestino en los albores de la dictadura de Pinochet.

La sección de logística y de inteligencia del Comando de Acción Jurisdiccional de la Seguridad Interior (CAJSI), dependiente del comandante de los Institutos Militares, se instaló en el subterráneo del sector de Informática del recinto de salud, que se estima fue operado como un centro de detención entre 1973 y 1974.

La declaratoria había sido solicitada al Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) en 2017 por Ximena Canales Fernández, usuaria del Programa de Reparación y Atención Integral en Salud (PRAIS), quien, a través de su testimonio, acreditó la existencia de un centro clandestino de arresto y tortura al interior del hospital. El relato que dio vida al trabajo de recopilación de información impulsado por el Ministerio de Salud junto al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

La ministra del Interior, Carolina Tohá, recordó a su padre, José Tohá, quien ejerció como titular de la misma cartera en el Gobierno de Allende, derrocado por la fuerza en 1973, y murió en ese hospital.

"Cuando llegamos en el auto y me bajé, tomé conciencia de que la última vez que entré a este recinto fue el 6 de febrero de 1974, era el día del cumpleaños de mi padre, en que nos autorizaron a visitarlo. Él murió el 15 de marzo de ese mismo año, 5 semanas después. Había entrado a este recinto unas semanas antes provenientes de la Isla Dawson donde estaba en un campo de concentración. Mientras estuvo acá era sacado periódicamente y trasladado a recintos de la FACh, donde era sometido a interrogatorios y a torturas, algunas de esas salidas duraron varios días y mi madre no recibía ninguna información de donde estaba él, en su desesperación logró alguna vez que Augusto Pinochet la recibiera, que se mostró totalmente escandalizado por esta situación y a los pocos días volvió al recinto", relató.

"Cuando volvió, en algunas de las últimas veces que mi madre lo pudo ver, le dijo que él sabía que lo iban a matar y le dijo que, cuando estaba ahí acostado, lo humillaban y hacían mofa de él. No es lo que uno espera que suceda en un hospital. Cuando mi padre finalmente murió, autoridades de este recinto le dijeron 'bueno, algo habrá hecho', ese es el punto al que llegó Chile en esa etapa y mi padre murió en medio de calumnias y de razones falsas sobre su muerte, que el tiempo se ha encargado de esclarecer", continuó Tohá.

Por ello, valoró que "reconocer sitios de memoria y que varios de ellos tengan categoría de Monumento Nacional, cuando lo hacemos, sin duda, hacemos un acto de reparación; no lo quiero decir en abstracto, yo personalmente siento una reparación que este lugar sea reconocido como un lugar especial".

Ximena Canales, quien, con voz entrecortada, revivió en su alocución los hechos dolorosos que marcaron su vida y la de su familia. Rememoró el momento de la detención: ella -de tan solo 7 años- junto a su hermano -de 8- fueron trasladados hacia el lugar junto a su padre. Recordó cómo hasta el día de hoy la acompaña la imagen que ella presenció del hombre que fue asesinado, cómo ese episodio se detuvo en su vida y su mente lo dejó salir hace solo 16 años.

"Dedico este momento a ese hombre que vi morir. Esta ceremonia reivindica el valor de la vida, los Derechos Humanos en su esencia, y en mi caso particular el respeto por el derecho de los niños que fuimos víctimas junto a nuestros padres y el daño generacional que les heredamos a nuestros hijos tan inocentes como nosotros", expresó.

El Sitio de Memoria cuenta museografía que fue elaborada por el Museo de la Memoria y divide este lugar en en tres momentos: el primero es una aproximación al lugar en sí mismo; el segundo da a conocer testimonios y biografías de las víctimas; mientras que el último es una propuesta contemplativa y experiencial respecto a los métodos de tortura empleados en dictadura.

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