El presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Senado, Guido Girardi (PPD), se sumó a los cuestionamientos al anuncio del Gobierno de cerrar todas las centrales termoeléctricas de aquí a 2040, llamando a adelantar a 2030 el plazo de descarbonización.
Algunas organizaciones civiles han calificado la iniciativa de "insuficiente e indignante" y el parlamentario, pese a valorar la medida, señaló que el Presidente Sebastián Piñera cumple con lo que se debió hacer hace mucho tiempo.
"Tenemos 28 centrales y fundiciones en el país y hoy no hay ninguna razón para que Chile mantenga 28 centrales. Lo que está haciendo el Presidente es cumplir con algo que se debió hacer hace mucho tiempo", aseveró Girardi.
El senador sostuvo que "la vida media de estas fundiciones son 18 años y la mayoría de las que están cerrando debieran estar cerradas hace décadas".
"Nos parece que el plazo de 2040 es excesivamente largo desde el punto de vista del cambio climático. O sea, no es real. La emergencia climática va a obligar a Chile a cerrarlas antes. Lo que nosotros tenemos que hacer es establecer un plazo máximo que sea hasta 2030, donde haya el cierre del 100 por ciento de toda emisión a carbón", enfatizó.
En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, representantes de más de 50 organizaciones sociales llegaron hasta La Moneda para entregar una carta al Mandatario, en la que instan a tomar medidas para detener el calentamiento global.
En la misiva, firmada por la Sociedad Civil por la Acción Climática, presentan 15 medidas, entre las que destacan terminar con todas las zonas de sacrificio y, en relación al plan de descarbonización, piden crear un plan de cierre de todas las termoeléctricas a carbón de aquí a 2030 y descarbonizar completamente la actividad económica para el 2040.
El director ejecutivo ONG Fima, Ezio Costa, expresó que "fue el anuncio de la pseudo descarbonización y para nosotros fue muy decepcionante ver cómo las medidas que supuestamente va a tomar el Gobierno relacionadas con la descarbonización son medidas que, finalmente, no significan tomar una trayectoria de disminución de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero que esté en línea con el mínimo que se le puede exigir a los países".
"Aquí ni siquiera estamos hablando de la gran ambición, que es la que el Gobierno ha planteado de cara a la COP25, sino que estamos hablando de la mínima ambición, que es tener una trayectoria que nos permita aumentar la temperatura desde 1,5 grados hacia abajo", aseveró.
