La sicóloga Soledad Larraín señaló que la reacción de la infante posiblemente se dio en "una relación de mucho conflicto".
Recomendó que a los hijos hay que "plantearles espacios para que puedan manifestar su enojo".
A propósito de la niña de 10 años que disparó a su madre en Las Condes, la sicóloga Soledad Larraín señaló a Una Nueva Mañana que posiblemente "no es un hecho aislado" al darse en un espacio de conflicto constante entre la madre y la hija, instancia que desembocó en una conducta "extrema" de la pequeña.
Sin manejar todos los antecedentes que rodean el caso, Larraín advirtió que el hecho "probablemente se da en un contexto de una relación de mucho conflicto, de mucho reto, donde había una acumulación de rabia y que termina en una conducta extrema", de lo contrario "no se explica la dimensión del comportamiento con lo que habría pasado".
Además de reiterar el llamado a no mantener armas al alcance de los niños, la consultora del Area de Protección de la Unicef apuntó que "lo que los padres deben hacer fundamentalmente es ver que les está pasando a sus hijos".
La idea es "plantearles espacios para que puedan manifestar su enojo, su rabia. No inhibir las conductas rabiosas en cuanto a que los niños no le puedan contestar a los padres", y también evitar "todo ese tipo de mensajes que son inhibidores de la frustración y de la rabia, que hacen que al final se acumule un nivel de ira que se expresa de una manera muy violenta", como sucedió en este caso.
